miércoles, 16 de enero de 2013

Nombre de cisne

Sumergíase en un literario universo

cuando los soles eran tibios,

los veranos pasaban

sin dejar más rastro

que una dulce evocación

de espinos.



Dos caminos, una torre azul,

un incógnito nombre,

el obseso penitente,

una sonoridad que aún no había

transmutado a su exaltada esencia,

conformaban el germen

de la más atinada huella:

arte supremo de tentar a los dioses

para que viertan lo eterno en un instante. 



Nombre de cisne,

origen de la crucial peripecia

del símbolo atravesando la frontera del símbolo.



Un inesperado mar aguardaba,

atesorando una multitudinaria sombra

de ninfas saltando sobre la arena.