Sebastián Dialejo, además de un gran amigo, es alguien cuyos escritos considero merecen ser compartidos. El Ave es el primer trabajo suyo, que tras mi recurrente insistencia, me ha facilitado y permitido difundir en este espacio...
El Ave
Hoy el ave plantea
su interrogante…, ese que la inunda de sentimientos contradictorios.
Y es que tal vez
haya una posibilidad de que existan otros cielos. Cielos en donde el alimento
se transforme en elixir de vida, donde la nutrición conjugue cuerpo y alma.
Donde su propósito de vida no sea la incesante búsqueda de esta rapiña, ésta
que hoy sostiene en su pico y llena de sangre su boca.
Su vuelo es siempre
rasante, cercano a la superficie, no importa cuánto se esfuerce en ganar altura,
esa carne putrefacta que nutre su cuerpo e intoxica su espíritu es un imán para
su costado más racional, y esa recurrente sensación de sentir que está fallando
a su especie, que está negando su condición de ave de rapiña, termina siempre
por torcer su dirección.
Por otro lado
piensa que acaso ese sentir no provenga de una zona legítima de su ser, quizá
no sea su instinto natural el que llama a su puerta para recordarle que su día se
dirime entre penumbras. Tal vez todo esto sea una creación de su mente que
trata de aducir como inevitable la trágica realidad, aquella que alega que todos ocupamos un rol en este mundo que de
alguna u otra manera nos resulta intolerable, y que no hay caverna que pueda
retenernos en la oscuridad más que la que construye el miedo en nuestra mente.
Después de todo,
son alas las que tiene a ambos lados de su cuerpo.