jueves, 29 de septiembre de 2011

Génesis, Caminos, Tiempo Absoluto

   El viento en el invierno del '94 me confesó que la vidala no es del hombre, ni del despierto, ni del arriesgado alquimista, ni del altivo traductor de lo efímero. No conocía a Hunter Thompson cuando esa singular perspicacia me arrojó al camino, a su inconmensurable y milenario designio, pero a veces el tiempo se rompe en Tiempo y la involuntaria posibilidad de condensación nos revela al mismo instante una vieja y guardada esencia tanto como el preludio de una voz que proviene de un lejano futuro, desprovista del símbolo. El rezo de un persistente espíritu, inmutable caminador de la breve pero recurrente iluminación, construye una obra admirable, una lumbre que crece, incorpórea, sonido, única y verdadera creación posible. No conocía a Hunter Thompson cuando esa singular perspicacia me arrojó al camino, tampoco a la indeclinable estepa, esa que profusa de una fría y densa invisibilidad encendió nuevamente la magia. No conocía la prodigiosa rendición de las bestias, mas la vidala reza por sí misma en el camino, mas el camino es vidala, mas el viento es universo, mas es cada paso en viento y en vidala uno de los verdaderos inicios...


Foto: gentileza de Cintia...