jueves, 23 de junio de 2011

Poema Nro. 2, Amelia, La Frontera


 Cargas un viejo santuario

y un tiempo que escapa furtivo,

sólo te encuentra para atravesarte:

nos hablan, nos caminan, hasta nos piensan Amelia.

Ay de nosotros no poder robarte del tiempo.

El mundo suena en tu ventana

y cierras las puertas:

tanta gente cargando el peso

de una alegría finita.

Corren sin percatarse estos muertos,

corren con su derrota a cuestas.

Una anciana despertó por última vez,

camino solo…,

llevo en mis pasos su último aliento.