miércoles, 12 de febrero de 2014

Matías García: Viento Magnético



Viento Magnético es el primer disco solista de Matías García, un álbum íntegramente acústico en donde el género "canción" es abordado con una gran lucidez y acierto musicales.

Los antecedentes musicales de Matías García no son pocos. Ofició los roles de baterista, cantante y compositor en las bandas Pulpo y Pikle; fue guitarrista, cantante y compositor en Patriotismo Sur y bajista, cantante y compositor en SWING!. Viento Magnético es el primer disco solista de este multiinstrumentista de la ciudad de Zárate, un trabajo conformado por algunas canciones que esperaron seis años en gateras el momento de ser plasmadas en estudio y otras más recientes. Para quien redacta, la palabra canción es la clave para entrarle a Viento Magnético, ya que como muy pocas veces sucede, no hay en él un solo track que se preste a categorizaciones de otra especie.    

Solemos aplicar el rótulo “canción” a un número demasiado excesivo de expresiones musicales, y por supuesto, nadie es quien para exigirles a los músicos no tentarse con las múltiples posibilidades de ramificación que ofrece el ya a estas instancias tan explorado arte de referenciarse a través de los sonidos. Pero canciones son canciones muchachos, y lo cierto es que quien se proponga vérselas con este género debe estar dispuesto a deshacerse de la mayor cantidad de artificios posible, y desde esa austeridad, universalizar lo que sea que haya motivado el hecho de encomendarse a esas musas tan esquivas, y lograr seducirlas, empresa para nada fácil por cierto.   

Con Viento Magnético, Matías García da una verdadera master class de la veta “canción”. Es un disco íntegramente acústico, de canciones que delinean desde el flash epifánico de Culo Romano, el conciso dictámen  de Oficio, al que le basta un minuto y diecisiete segundos para defender su lugar en la lista de tracks, alguna que otra faceta del amor aludidas elegantemente en Biónico (verdadero temazo), Por las buenas y Chapuzón, y el –para quien escribe- himno a la alegría del disco, Ventolín. Por otra parte, desde lo guitarrístico, los temas van al grano, sin estorbos ni sobrecargas armónicas ni técnicas, y desde lo lírico, las letras van en esa línea directa y sintética que propone el álbum desde los primeros compases del primer track.

Es muy habitual a la hora de reseñar música, hacer paralelismos entre lo que se está reseñando y algún modelo de referencia. Hablar de supuestas influencias implícitas facilita la empresa y suele constituir un recurso válido, pero las canciones de Matías, sobre todo en lo concerniente a la personalísima interpretación vocal, hacen positivamente dificultosa la faena de trazar similitudes. 

Todos los temas del disco, grabado en ESTUDIOS ION, son de Matías García, así como la producción y la voz y la guitarra acústica que se registraron. La ingeniería de sonido la realizó Leonardo Checchia. Camilo Semería es su productor ejecutivo. Andy Domínguez y Julián Desbats fueron los responsables de la foto y el diseño de tapa. Como promoción del disco, se filmó el video de Chapuzón, cuya realización estuvo a cargo de María di Lello. Respecto del futuro próximo, Matías tiene pensado salir a girar con Viento Magnético y con nuevas canciones que quedaron fuera del álbum, en el formato en que fue grabado el disco (guitarra acústica y voz).