viernes, 14 de octubre de 2011

Rebelión, última o primera sangre...

   Con la noche en su más sórdido clímax, anhelando las involuntarias luces del sueño. Con el siniestro murmullo de esas muertas que pueblan este lado del infierno. Con un implacable, blanco, tortuoso, macilento artificio del destino, sepultando a ese niño que prosigue construyendo perspectiva, espacio, ansias. Esa inmutable tracción de calamidades, cifrada en un nombre, una vida de la cual el primer río se aleja, parece no dejar espacio al progreso del milagro que anticiparon los canales, esa casa estallando indescifrable en medio de la resplandeciente llanura, ese camino solitario, las melodías de un inicio en el que todo bastaba para trascender el cerco de acceso a una música capaz de revelar los supremos secretos. Caminas hoy con este suceso a cuestas y el cansancio del tiempo serpenteando las últimas puertas al único retorno posible. 
   Matar en nombre de la libertad no es aun factible en este enrarecido paraje de adversidades, mas cuando el único sonido vuelva a insinuarse, aprestarás tu espada, invocarás al viento gris, orarás al único y humano dios de siempre, y te sumergirás en la profundidad de un mar que siempre te ha estado esperando... 


Foto: gentileza de Cintia...