jueves, 3 de febrero de 2011

Casa de aire (a José Larralde)

Te veo alejarte casa de aire,

desaparecen los rastros de un pasado reciente,

te desarmas, te esfumas.

Lo antiguo exhalando,

lanzando iras, enormes estrellas que ciegan.

Te veo moverte casa de aire,

desde este nebuloso grito:

grito despierto una memoria inundada de niñas…



Peregrino, caminas mojando esas sedientas bocas,

esas que tararean una conocida milonga.



Sueño con redimidos fantasmas,

aliento suicidas,

ojos atónitos cruzando la línea,

entrando a un perpetuo río:

desaparecen, se vuelven mito,

se vuelven –trigos pesados de mediodía-…