viernes, 17 de febrero de 2012

Disonancia

Ni el embrujo de las fresas, de las renovadas manzanas

abrió la puerta a una silenciosa y helada esfera.

Soñaba, soñaba cuando el pequeño infierno inspiraba una huida hacia regiones transparentes, donde lo indómito prometía acunar a los perdidos niños,

caminaba, si parecía volar embriagado por la esperanza que noche a noche fecundaban los involuntarios fulgores.

Has perdido el mundo hombre de los mil siglos de espera, has olvidado flotar sobre esas azules veredas,

de estas siniestras paredes brotan opacas raíces que te aplastan contra ese antiguo y distinguido féretro.

El sueño, Hawthorne, el aborrecido constructor de un trunco y extraviado imperio,

el río, los primeros y honestos sonidos, ..., dejarse atrapar por los peores ladrones,

alzarse sobre las frías y solitarias calles que transportan bajo un infame sol a los vivos muertos...

Has perdido el mundo hombre de los mil siglos de espera, has olvidado la música primera, matar a un padre, proclamar ante las aguas turbulentas tu sagrado albedrío...