sábado, 24 de octubre de 2020

Estreno de Apple TV+: On the Rocks, el regreso de una dupla memorable

Tras diecisiete años del rodaje de la exitosa Perdidos en Tokio, Sofia Coppola vuelve a convocar a Bill Murray para un rol protagónico. Con muchos guiños al cine de Woody Allen, On the Rocks es asimismo la película en que por primera vez la realizadora filma en su Nueva York natal.

Sofia Coppola ganó en 2004 un Oscar a Mejor Guion Original por Lost in Traslation, o Perdidos en Tokio, como la conocimos por estos lares, un film en que lo hizo brillar a Bill Murray junto a una muy joven Scarlett Johansson. Y con su última propuesta, no solo retoma su relación con el protagonista de Broken Flowers, sino también la posibilidad de explorar la masculinidad y la femineidad, ahora desde la relación de un padre donjuanesco con su hija en su obsesión por preservarla de una sospechada infidelidad.

Laura (Rashida Jones, hay que citar por cierto que es la hija de Quincy Jones) es una escritora de mediana edad que vive en Nueva York junto a sus dos hijas pequeñas y su marido Dean (Marlon Wayans), un emprendedor obsesionado por una línea de negocios cuya atención demanda el hecho de viajar constantemente. Así como todo parece marchar sobre ruedas para Dean (la admiración y el acompañamiento de sus compañeros/as de trabajo, la multiplicación exponencial de sus logros y por ende el éxito económico cada vez más ostensible), para Laura las cosas no funcionan de igual manera. Ha recibido un adelanto por la publicación de una novela, novela cuya escritura se encuentra paralizada dado el período de falta de seguridad personal e inspiración por el que atraviesa, circunstancia a la que se suman las sospechas de infidelidad por parte de su marido. Y a esta situación ya de por sí compleja, se incorpora Felix (Bill Murray), el padre de Laura, un rico divorciado, seductor empedernido y exmarchante de arte que vive una vida sibarita viajando por el mundo y todavía a la pesca de los buenos negocios que pudiesen presentarse. 

On the Rocks no es solo la primera película que su realizadora rueda en la fascinante Nueva York, por cierto su ciudad natal. Es también, y acaso por eso la elección de dicho escenario, una historia que contiene muchos de los tópicos del cine de Woody Allen: personajes atrapados en un laberinto de neurosis personales en función de sus relaciones con los demás. El mundo de la intelectualidad y el éxito -principalmente en lo creativo- puesto en constante amenaza ante el espejo de los otros. Integrantes de una clase acomodada que no obstante su holgura económica, no están exentos en absoluto de sentirse por momentos bajo situaciones de profunda amenaza a su seguridad simbólica. Y la recurrente Nueva York como escenario. Hay tal vez un implícito homenaje al autor de la recientemente editada autobiografía A propósito de nada en el séptimo largometraje de Sofia Coppola. 

La película se estrenó hace pocas semanas en la sección Spotlight de una singular 58va edición del Festival de Cine de Nueva York, dado que a raíz de la pandemia, la selección pudo verse solo en las modalidades autocines u on-line, sin ningún evento con presencia de público. La crítica coincidió bastante unánimemente en calificar a On the Rocks como una comedia simpática pero ligera. Y es verdad que se trata de un film que no está destinado a ser un clásico, incluso vale decirlo dentro del cine de la propia realizadora. Pero el demérito que se le adjudica no hace tampoco justicia. Estamos ante una propuesta en la que los espacios argumentales son ocupados por una trama en ningún momento sobreactuada -sobre todo en las apariciones de ese maestro de lo gestual que es Bill Murray-, pero si se la juzga con sutileza, tal vez se llegue a la conclusión de que esas supuestas ligerezas suman, aportando a la historia el espacio e incluso los silencios necesarios mediante los cuales la película da respiro a la velada pero no menos real densidad emocional de los protagonistas.

Una amiga me habló de un desencuentro con su padre y me pareció una buena idea hacer una comedia entre padre e hija con sus perspectivas diferentes sobre las relaciones, los hombres y las mujeres, declaró la directora que también figura en los créditos como guionista. 

Hay una pequeña franja de la pesquisa protagonizada por Laura y Felix en que se trasladan a una paradisíaca playa mexicana. Y si bien ese escenario está excelentemente trabajado por la fotografía de Philippe Le Sourd (quien no es la primera vez que colabora con la hija del legendario Francis), el contraste con el resto de las situaciones y locaciones se torna demasiado abrupto, dando la impresión de estar ante un momento de la historia que funciona a contramano de las escenas neoyorquinas. No obstante eso, la última película de la realizadora de Las Vírgenes Suicidas es una propuesta interesante de este cine por streaming al cual no nos está quedando otra alternativa que terminar por acostumbrarnos, al menos en Argentina, donde la reapertura de las salas por estos días parece una posibilidad propia de un futuro lamentablemente muy lejano.