lunes, 25 de marzo de 2019

Adiós Scott...


Hoy se emplearán millones de caracteres y palabras refiriéndose a vos Scott. Se escribirá que en los sesenta, con The Walker Brothers, en el Reino Unido, llegaron a tener más fans que The Beatles. Escribirán que Scott Walker fue una enorme influencia para David Bowie, para Thom Yorke, para Jarvis Coker. Dirán que fuiste un multiinstrumentista y un talentoso compositor. Escribirán sobre el magnífico timbre de tu voz. Se hablará de tus cuatro primeros e inolvidables discos solistas. Se escribirá acerca de tu renuencia a la exposición pública. Se hablará sobre tu frenética experimentación musical, cada vez más rabiosa, la cual, obviamente, te alejó del gran público, pero te valió la pluma amigable de cierta crítica. En fin, hoy se emplearán millones de caracteres y palabras refiriéndose a vos Scott... La Frontera prefiere recordarte con Farmer in the City, el primer temazo de tu discazo Tilt, e imaginar que Pasolini, a quien evocaste en ese track, te está dando las gracias y recibiéndote en el lugar en que ahora te encuentres... 

domingo, 24 de marzo de 2019

Nosotros, segundo largometraje del polifacético Jordan Peele


El realizador neoyorquino y exintegrante de Mad TV, regresa con una película en donde el terror y la parodia vuelven a convivir de manera muy efectiva.

Por eso, así dice el Señor:
 Les enviaré una calamidad de la cual no podrán escapar. 
Aunque clamen por mí, no los escucharé.
(Jeremías 11-11)

Jordan Peele, tras una extensa trayectoria como comediante, logró generar con Get Out (2017), su ópera prima como director cinematográfico, una de esas pocas bocanadas de aire fresco que de tanto en tanto despabilan al cine de terror, género que jueves tras jueves entrega filmes que -en su mayoría- hacen su exigua aparición para ser olvidados en muy poco tiempo. Aquella película obtuvo cuatro nominaciones al Oscar: Mejor película, Mejor director, Mejor actor y Mejor guion original, obteniendo finalmente el premio a Mejor guion original, lo que convirtió a Peele en el primer guionista afroamericano en conquistar esa categoría.

Tal vez el punto de conexión más evidente entre Nosotros y su precursora, sea la combinación de los géneros de terror y comedia, dado que por lo demás, acá, si bien la familia protagonista es afroamericana, la cuestión de la segregación racial no es en principio el factor más preeminente de la trama, como sí lo fue en aquella. En todo caso, la cuestión racial, o el tema de ese otro como supuesta amenaza, entraría en juego en una gama mucho más abarcativa de ese antagonismo amenazante que explora el film.

Adelaide (Lupita Nyong'o) y Gabe (Winston Duke), son un matrimonio de mediana edad, quienes junto a su hija Zora (Shahadi Wright Joseph) y su hijo Jason (Evan Alex), van a pasar unos días de vacaciones a una casa en una zona boscosa cercana a la playa californiana de Santa Cruz (lugar clave para Adelaide dada una experiencia traumática de su infancia que es el punto sobre el cual girará toda la película). Pero a poco de llegar, una noche, al cortarse la luz, descubren que afuera hay una familia conformada por integrantes -al menos desde lo físico- idénticos a ellos, con la intención de entrar a la casa con fines no precisamente amistosos. Ahí es donde la historia abre el juego, no solo al tema del otro o doppelgänger, tantas veces explorado en la narrativa de terror, sino también a un espectro de referencias cinematográficas que por momentos peca de volverse un poco excesivo: desde lo argumental es una película que remite a Funny Games (1997), de Michael Haneke, al cine de George A. Romero y su inevitable comentario político y al tópico de la vuelta de tuerca final del cine de M. Night Shyamalan. Pero hay también guiños, algunos sutiles, otros más explícitos: a la música de Bernard Herrmann, a Los Pájaros de Alfred Hitchcock, a Tiburón de Steven Spielberg (la remera de Jason no es el único), e incluso el más perspicaz de todos, que puede leerse como un homenaje al Taxi Driver de Martin Scorsese (solo para fanáticos, sin más pistas). 

Un punto interesante en Nosotros, es que quien encarna la amenza no es un otro diferente, sino un reverso de sí mismo proveniente de un submundo desconocido, que emerge, en cumplimento de esa profesía bíblica de Jeremías que oficia como leitmotiv, trayendo como intimidación a seres con una apariencia física idéntica a la de los personajes, no obstante devenidos en algo indeseable dadas sus infelices circunstancias. Acaso esa sea la sentencia política más evidente y subrayada de la historia, que utiliza como paño de acción el escenario de una realidad velada que evidencia las contradicciones de los que no la pueden percibir, recurso ya utilizado por el realizador en la comedia de Comedy Central Key & Peele, más precisamente en el sketch en que en un lugar más allá de la vida terrenal llamado Negroland, los negros viven su vida del modo en que sería concebida desde la corrección política de los progresistas blancos. 

En cualquier caso, más allá de las diversas lecturas políticas, religiosas o existenciales que pueden hacerse de la película, por encima de sus múltiples referencias y homenajes al cine, Nosotros garantiza entretenimiento al cien por ciento a lo largo de sus 116 minutos, siendo asimismo un film excelentemente fotografiado por Mike Gioulakis, quien colaboró en It Follows (2014), de David Robert Mitchell, y fotografió también junto a M. Night Shyamalan en Multiple y en la reciente Glass. Gioulakis figurará hasta el momento en los créditos de la serie (sin título aún) que el director hindú estrenará en el streaming que lanzará Apple.



miércoles, 13 de marzo de 2019

Si pudiésemos nombrarla

Tu canción habla de misterio Roy.
Un Dios que dejó de cantar,
desraizado, tiempo en que una noche
y una era sellaron pacto 
en contra de la locura.

Ella, ella lleva consigo el fuego.
Y el fuego destruye y construye,
(sustancial redundancia)
igual que ella,
ella hace que el futuro se expanda
mientras marchamos ilusos por estas ciudades
que nos andan a su antojo.
Nadie ha podido poner en palabras
el secreto que en algunas tardes de verano
las ciudades desvelan
antes de abrir paso a la fresca llanura.

Para nosotros el océano ya no cuenta:
hemos dejado de ser niños,
sabemos de la finitud de estas aguas
que evocaron falsos nirvanas,
buenos soldados, 
guerras posibles de ganarle al destino.
Ahora la cordura nos conduce hacia el abismo Roy,
¿dónde quedó tu tiempo?,
¿dónde hallarte para cumplir el sueño
de escucharte cantar junto a ella?      

Ella sonríe, trata de llegar hacia nosotros,
pero ya no puede prometerse el mar sin traicionarse.
Ella aprendió a llorar sonriendo:
casi cotidianamente muerde nuestro cebo,
lo que la torna más preciosa
pero también más proclive a tropezar
con nuestra letanía cantada a media voz.

Si contáramos con la tuya Roy.
Este lado es a veces tan hermosamente ambiguo
que la merece para ser anunciado,
traerla con nosotros,
nosotros, tan poco niños ya.
No pudiendo ofrecer ya el mar como soborno.

Tu canción habla de misterio Roy.
Puede ser tan simple conjurar lo perfecto
cuando el tiempo es el Tiempo,
pero ella siempre aparece cuando olvidamos esa música
que nos reveló algunas veces la fascinación del trigo
justo antes de la siega.

Ella,
si supiésemos su verdadero nombre,
si pudiésemos nombrarla
la poesía no tendría objeto.
Nosotros,
tan poco acreedores
de nuestros milagros,
tanto más responsables
por nuestros tantos muertos. Fantasmas.

Roy, necesitamos de tu voz
para tender un puente hacia ella, 
tu voz Roy, 
tu canción 
que habla de misterio.