domingo, 31 de marzo de 2013

Canción perfecta

Sigue dialogando con la música, aun tras haber despertado de una siesta de fulgentes, de amortajados y ominosos dioses. Una única voz se alzó desde el colosal e involuntario silencio: insiste en volar hasta la testa del apócrifo revelador de secretos, ese que suele hablar un sonido de vino y de uvas, de acordes que reinventan la milonga en cada rincón del mundo en que suena una verdadera guitarra…

Sigue cantando al camino en que la turbia revelación del agua vertió el confidente vocablo, la consagrada y repentina unción de los vivos, sentenciándolo a observar, adherido fatalmente a paredes que se incendian en el verano de las ciudades,  esa extraña servidumbre que ostentan los mudos caballos.

Sigue cultivando el arte de volver transparente el polvo dejado por los años caminados en tierras hostiles: insiste en correr con un atesorado fajo de palabras, insiste en traicionarlas para abrir una grieta por la cual se cuele con sigilo el enigma… 

sábado, 23 de marzo de 2013

The Master

The Master es la última película de Paul Thomas Anderson, un film que se destaca por su belleza visual, el genial trabajo de sus protagonistas y por proponer al espectador una participación fuera de lo habitual.  

Es posible que en algunos hombres la guerra haga prosperar un sentido de lo estratégico, que forje el hábito del autocontrol y del cálculo; pero a veces algunos son arrojados a raudales a territorios lejanos y desconocidos, de los cuales, si se vuelve, suele hacérselo peor de lo que se fue. Freddie Quell (Joaquin Phoenix), no se inscribe precisamente en el bando de los que adoptan la medida del cálculo y el gobierno de los más bajos instintos, todo lo contrario, el retorno de esa última instancia bélica en esa suerte de letargo castrense de cese de conflicto en un paraíso tropical, lo lanza sin pertrechos a un mundo tal vez peor que el de los días de combate.

Obligado a errar por los caminos de donde Dios pareciera haberse retirado hace tiempo, donde el american dream brilla por su ausencia, entre rencillas, borracheras e ironías de un destino que parece haberse empecinado en complicar aun más su ya maltrecha existencia, acaso uno de esos caminos pueda conducir a un lugar más promisorio, el que lo lleva hasta Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), quien lo embarca en un iniciático viaje, interno y externo, ya que un extraño espíritu de mutación, sumado a una voracidad por una especie de colérica peregrinación, constituyen el principal tema de The Master.

Esta última película de Paul Thomas Anderson (Magnolia, There Will Be Blood), no parece proponerse bajo ningún punto de vista desarrollar un planteo moral acerca de amos y esclavos, fuertes y débiles, ricos y pobres, sino más bien explorar el lado caótico y brutalmente esencial por el que a veces suele transitar la relación entre las personas. Las virtudes del cálculo y de la especulación en consonancia con esa tabula rasa que exhiben determinados individuos lanzados a la vida sin más aderezos que sus irrefrenables y ambiguas pasiones. Ciertos aspectos de la personalidad de Lancaster Dodd fueron tomados de Ron Hubbard, el ideólogo de la Cienciología, religión a la que muchos ricos y famosos han adherido.  

El encuentro entre Quell y Dodd abre el juego de una relación signada por ese perímetro disonante en el que transcurre la película. Si bien Dodd interactúa  con el mundo, rara vez el mundo parece perturbarlo demasiado, La Causa es demasiado grande como para andarse con minucias, la finita condición del hombre común, parece no penetrar ese recinto donde se desarrolla una jugada que trasciende los límites de lo terrenal, de lo humano, en definitiva del tiempo. Contrariamente, a Quell le toca sobrellevar un sino que lo torna inestable, impreciso, y es sobre esas grietas por las cuales se cuela el maestro a intentar hacer su trabajo de transformación. En ese territorio que pareciera tan irreconciliable es en donde se fragua una correspondencia de roles interpretados de una manera superlativa por Joaquin Phoenix y Philip Seymour Hoffman, ese es uno de los puntos centrales de The Master, si estamos de acuerdo en que también en eso el cine consiste. 

La música de Jonny Greenwood, aporta lo suyo, colabora con los climas del film acompañando esa apuesta de hacer hincapié en esa condición indiscutible que tiene el séptimo arte en cuanto a la narración visual y que Anderson demostró manejar muy bien en anteriores trabajos. Muchos elementos aportan a esto, desde la elección de las locaciones, pasando por el leitmotiv –visual- del agua hasta los silencios de los actores. Es digno de mencionarse el trabajo de Amy Adams en el rol de esposa de Lancaster Dodd.

The Master es una película que seguramente será recordada por muchos aspectos, dado que no solo plantea interrogantes abiertos, incómodos, y exige una participación activa de parte del público, sino también por su indiscutible aporte a ese cine no comedido del cual, a menudo, adolecen muchas ofertas filmicas. 


TRAILER


jueves, 21 de marzo de 2013

A Christa Päffgen

   ¿Quién es el que respira la humedad de la noche, el que busca desesperadamente el exacto sinónimo de la distancia, para poder liberar a aquellas niñas desvanecidas en el pequeño tiempo?
   ¿Quién el que indaga en el fulgor de un ansia que crece inacabable desde el espeso barro, desde la eterna frontera, desde la incauta palabra?
   ¿Quién el que viste esa escénica estampa cada mañana, desterrando inclaudicable el aviso de un nuevo y cristalino sueño de amodorradas urbes?
   Quien te ha visto y quien te ve con esa música recrudeciendo, reivindicando la estoica y afligida voz de Nico en el más siniestro de los veranos…
   ¿Quién es el que respira el agua, quién la ausente heroína de las sombras?

sábado, 16 de marzo de 2013

En busca de la utópica promesa de la sangre

Retornó, otra vez en la noche, sembró de piedras un suelo diezmado por los espectros que apresuraron el mal sueño. El centelleo de luces grises en un negro de bravura implacable -ese que siempre, desde las más estivales y sumergidas sombras, lo obligó a fugar hacia adelante, furtivo, escurridizo, anónimo, en busca de la utópica promesa de la sangre- asió unas manos, un torso, unas delgadas piernas, al cálido emerger de sábanas que surcaban, velaban a menudo su adentrarse en el anticipo de un inevitable regreso, acaso una atormentada huida hacia el mejor de los Tiempos: (vagar con las alas arrancadas por las fauces de los más bellos niños, …, perdiendo y recuperando la fe a cada paso).

Ella brindaba la hierba, suministraba los más diversos brebajes, mientras inconsciente, precisa, siniestra, construía sosegadamente una última morada, lejos del transparente señorío del impenetrable bosque.

Retornó otra vez en la noche; él, impreso ya en la historia del más incógnito ilusionismo, caminaba por un cimiento impregnado de indecorosa música, esa que no obstante no impedía, merced de su impreciso y entrecortado estrépito, que un hilo de muerte devorándose casi todo el aire, se colara desde la contigua celda.

jueves, 14 de marzo de 2013

Instante

   Se cuela, se escurre, se vuelca tras vagabundear infancia, río, misteriosas carreras de chicas y limoneros, la primera música, la segunda y trunca experiencia del sonido, la remilgada tertulia en que destila la mejor de todas las sangres, el mar de nuevo, el eterno sepulcro de la más triste de las urbes, …, penetra la tibia y mojada cercanía de pequeños lobos, baja por un túnel eléctrico y vuelve a decir que no…

viernes, 8 de marzo de 2013

Desintegración

Resistías un nuevo estallido. El artífice de cada paso en el desierto aguantaba ese tétrico vuelo de oscuros pájaros, y el sur tan lejos, cada vez más enfáticamente lejos el niño que alguna vez asumió inconsciente la silenciosa y visual coreografía del bosque. ¿Y ahora qué, una lectura obligada, una conquista musical, otro poema sobre los lejanos y olvidados témpanos, ahora un furtivo desenfreno de pasos entre este estival reciclaje de cadáveres nutriendo su fastidio a base de almendras y chocolate?

Ya vibraba el porvenir nuevamente en un vientre, aleteaba un águila emancipadora blandiendo la lóbrega fascinación de una fortuita, finita, teatral fantasmagoría pugnando por sostener sus últimos actos, …, antes de partir para siempre.

Un disco de The Cure se desintegraba nuevamente en el tibio y eléctrico abismo de la noche, …, y parecía parecer que el ave dormía, …, parecía parecer como entonces, que la poesía conducía, como entonces, el flotar en esa eterna mañana de libros, de río, de piedras y amilanados soles… 

domingo, 3 de marzo de 2013

David Bowie: The Next Day



Tras el adelanto de dos videos y un tema, y la sorpresiva subida del disco completo a la plataforma iTunes, David Bowie invita a un esperado festín a su expectante congregación de fans, uno de los mejores trabajos de los últimos tiempos y un guiño indiscutible a lo mejor de su extensa y prolífica carrera.

Es posible que tras cinco décadas de tanta saludable inquietud artística, de tanta empedernida, rabiosa iconoclasia autoinfligida para resurgir airoso a dar la próxima batalla, un experimentado artífice, desde la cima de la montaña, se permita mirar atrás y prodigarse un fastuoso banquete consistente en la merecida cosecha de tesoros concebidos a lo largo de una vida. Mucho se ha hablado y especulado en los últimos tiempos acerca del desvanecimiento, de la acaso pronta finitud de uno de los dioses que habita el olimpo del rock, pero al escuchar el primer tema de The Next Day, uno de esos dioses habla a su aturdida feligresía diciéndoles: -aquí estoy, no precisamente muriendo-.  

Después de casi diez años de hermetismo, de rumores acerca de su salud, David Bowie hizo una inesperada irrupción subiendo sorpresivamente su último disco a iTunes. Previamente, había adelantado a su ilusionada y multitudinaria cofradía de seguidores dos videos –el de Where Are We Now? y el de The Stars (Are Out Tonight)-, y el tema Where Are We Now?, bellísima canción que promedia un álbum colmado de guiños a la trilogía de Berlín, a su período de glam rock, a Scary Monsters (And Super Creeps), y a la faceta electrónica experimental de los ’90, sobre todo la del monumental Outside.

El arte de tapa del disco reproduce la de su antecesor de los ‘70 Heroes, en este caso con un rostro del “White Duke” velado por un cuadrado blanco con el nombre del nuevo álbum. Dejando de lado las interpretaciones obvias, remilgadas o traídas de los pelos, es indudable que The Next Day representa entre otras cosas el merecido tiempo de cosechar las gemas sembradas a lo largo de un camino con sus altibajos inevitables, haciendo resurgir, en una suerte de barajar y dar de nuevo, de neoclasicismo de estilo propio, la esencia de sus mejores logros musicales, es eso lo que uno advierte a la primera escucha de por lo menos una media docena de temas, que sobre catorce, y hablando de Bowie, no está para nada mal.      

Hay una incisiva reflexión existencial en las letras, el día a día, el devenir del tiempo que no es eterno, por lo menos el terrenal, la pregunta del por qué y el para qué que después de los sesenta se vuelve evidentemente más inquietante, el balance, la demoledora fortaleza de la juventud perdida, la impotencia ante el militarismo, una cierta reconciliación melancólica con el pasado  ...; un fragmento del comienzo de Heat, el último tema de la versión del disco sin bonus tracks, puede graficar algo del espíritu introspectivo que lo atraviesa:

Entonces vimos al perro de Mishima
atrapado entre las piedras
obstruyendo la catarata,
las canciones de polvo,
el mundo podía acabarse,
la noche siempre estaba cayendo,
el pavo real en la nieve,
y me digo a mí mismo:
no sé quién soy,
y me digo a mí mismo:
no sé quién soy…

Y hablando de música…

Bowie siempre se ha caracterizado por conferirles a sus trabajos un marcado dinamismo guitarrístico, no es casual que desde siempre lo hayan acompañado en sus proyectos guitarristas de la talla de Mick Ronson, Robert Fripp, Reeves Gabrels o Carlos Alomar. The Next Day no es para nada una excepción a esa regla, es más, en este álbum los trabajos de guitarra de Earl Slik, Gerry Leonard y David Torn imprimen una línea exquisita a algunos temas (Valentine’s Day, (You Will) Set The World On Fire, You Feel So Lonely You Could Die, las texturas acústicas de Heat, entre otros). Del bajo se encargaron Gail Ann Dorsey y Tony Levin, de las baterías Sterling Campbell y Zachary Alford. Tony Visconti vuelve a estar al lado de D B, co-produciendo, arreglando cuerdas y ocupándose de algunos arreglos de teclados. Steve Elson (Let’s dance) participó en el saxo y el clarinete, y los coros son de Janice Pendarvis.

El track Heat es una explícita reverencia a su siempre admirado Scott Walker y si bien corta un tanto con la vena sintética y rockera del disco, como cierre e invitación a la introspección, con sus atmosféricas alusiones al Tilt del genial compositor, es una de las canciones más relevantes.

Los dos videos que aparecen bajo la reseña oficiaron de adelanto de este atinado regreso del “White Duke”. El disco saldrá a la venta el 12 de este mes. Dadas las versiones acerca de las reticencias de Bowie a salir a girar con The Next Day, disfrutemos por ahora de lo que hay disponible, que por otra parte no es para nada frugal, es uno de los mejores banquetes a los que nos ha invitado en los últimos tiempos el músico británico.

Estos son los créditos tema por tema:

  1. “The Next Day” – (Bowie)
    • David Bowie – Vocals
    • Gerry Leonard – Guitar
    • David Torn – Guitar
    • Gail Ann Dorsey – Bass
    • Zachary Alford – Drums
    • Antoine Silverman, Maxim Moston, Hiroko Taguchi, Anja Wood – Strings
    • David Bowie and Tony Visconti – String arrangement
  2. “Dirty Boys” – (Bowie)
    • David Bowie – Vocals
    • Gerry Leonard – Guitar
    • Earl Slick – Guitar
    • Tony Visconti – Guitar
    • Tony Levin – Bass
    • Zachary Alford – Drums
    • Steve Elson – Baritone Sax
  3. “The Stars (Are Out Tonight)” – (Bowie)
    • David Bowie – Vocals and Acoustic Guitar
    • Gerry Leonard – Guitar
    • David Torn – Guitar
    • Gail Ann Dorsey – Bass
    • Zachary Alford – Drums
    • Steve Elson – Baritone Sax and Contrabass Clarinet
    • Tony Visconti – Recorder
    • Antoine Silverman, Maxim Moston, Hiroko Taguchi, Anja Wood – Strings
    • David Bowie and Tony Visconti – String arrangement
    • Gail Ann Dorsey and Janice Pendarvis – Backing Vocals
  4. “Love Is Lost” – (Bowie)
    • David Bowie – Vocals and Keyboards
    • Gerry Leonard – Guitars
    • Gail Ann Dorsey – Bass
    • Zachary Alford – Drums
  5. “Where Are We Now?” – (Bowie)
    • David Bowie – Vocals and Keyboards
    • Gerry Leonard – Guitar
    • Tony Levin – Bass
    • Zachary Alford – Drums
    • Henry Hey – Piano
    • Tony Visconti – Strings
  6. “Valentine’s Day” – (Bowie)
    • David Bowie – Vocals
    • Earl Slick – Guitars
    • Tony Visconti – Bass
    • Sterling Campbell – Drums
  7. “If You Can See Me” – (Bowie)
    • David Bowie – Vocals and Keyboards
    • Gerry Leonard – Guitar
    • David Torn – Guitar
    • Tony Levin – Bass
    • Zachary Alford – Drums & Percussion
    • Gail Ann Dorsey – Backing Vocals
  8. “I’d Rather Be High” – (Bowie)
    • David Bowie – Vocals
    • Gerry Leonard – Guitars
    • Tony Levin – Bass
    • Zachary Alford – Drums
  9. “Boss of Me” – (Bowie/Leonard)
    • David Bowie – Vocals
    • Gerry Leonard – Guitars
    • Tony Levin – Bass
    • Zachary Alford – Drums
    • Steve Elson – Baritone Sax
    • Tony Visconti – Recorder
    • Gail Ann Dorsey and Janice Pendarvis – Backing Vocals
  10. “Dancing Out In Space” – (Bowie)
    • David Bowie – Vocals and Keyboards
    • Gerry Leonard – Guitar
    • David Torn – Guitar
    • Gail Ann Dorsey – Bass
    • Zachary Alford – Drums
  11. “How Does The Grass Grow?” – (Bowie/Jerry Lordan)
    • David Bowie – Vocals and Keyboards
    • Gerry Leonard – Guitar
    • David Torn – Guitar
    • Gail Ann Dorsey – Bass
    • Zachary Alford – Drums
    • Gail Ann Dorsey – Backing Vocals
    • Contains an interpolation of “Apache” written by Jerry Lordan and published by Regent Music Corp. and Francis, Day and Hunter.
  12. “(You Will) Set The World On Fire” – (Bowie)
    • David Bowie – Vocals
    • Earl Slick – Guitar
    • Gerry Leonard – Guitar
    • Tony Visconti – Bass
    • Sterling Campbell – Drums & Tambourine
    • Gail Ann Dorsey and Janice Pendarvis – Backing Vocals
  13. “You Feel So Lonely You Could Die” – (Bowie)
    • David Bowie – Vocals and Acoustic Guitar
    • Gerry Leonard – Guitar
    • David Torn – Guitar
    • Tony Visconti – Guitar
    • Gail Ann Dorsey – Bass
    • Zachary Alford – Drums
    • Henry Hey – Piano
    • Antoine Silverman, Maxim Moston, Hiroko Taguchi, Anja Wood – Strings
    • Tony Visconti – String Arrangement
    • Gail Ann Dorsey and Janice Pendarvis – Backing Vocals
  14. “Heat” – (Bowie)
    • David Bowie – Vocals and Acoustic Guitar
    • Gerry Leonard – Guitar
    • David Torn – Guitar
    • Gail Ann Dorsey – Bass
    • Zachary Alford – Drums
    • Antoine Silverman, Maxim Moston, Hiroko Taguchi, Anja Wood – Strings
    • Tony Visconti – String arrangement