Sobre este espacio

Sería muy fácil conocernos a nosotros mismos si pudiéramos desentrañar las verdaderas motivaciones que nos mueven a hacer, a planificar, a intentar concretar tantas cosas cuya gestación proviene de un universo tan indiscernible. De modo que no voy a encabezar este espacio especulando acerca de cuáles son o fueron sus móviles o sus propósitos. La Frontera es un poemario que terminé de corregir hace ya más de un año, y es lo primero que pienso ir posteando. 

Espero que cuando lean el prólogo, se genere en ustedes ese sentido de confluencia, de punto sobre el cual vuelven sobre sí mismos estos poemas, pero también al cual otras experiencias, propias o ajenas, arriben en busca de ese lenguaje, de ese pulso común capaz de unir a Satie con Proust, a Gus Van Sant con Virginia Woolf, las viñetas de Humberto C. Gombik –si es que me deja publicarlas- con los subyugantes paisajes de Saer.

Una última idea, cuando en el párrafo anterior hablo de ustedes y los poemas, es porque creo que cualquier expresión artística, del tipo que sea, no se completa sino hasta que la compartimos con otros, ese es el aspecto vivo del arte, sin esa dinámica, es en vano que existan tantas canciones que no pasan los límites de una sala de ensayo, o las palabras que celosamente guardamos en alguna carpeta olvidada de nuestra computadora. Bienvenidos a La Frontera…