domingo, 3 de julio de 2011

Poema Nro. 4, Amelia, La Frontera (versión extendida)

Asciendes,

baila este incendio

con el hielo que buscas Amelia.

Duermes el sueño de los sueños,

oyes al viento que vuela a tus espaldas,

te arrastra, te acerca

al más premeditado de los oestes.

Asciendes,

baila esta niebla

con tu niño muerto.

Arriba,

se desvanece ese olor antiguo:

recoge aquellas olas de río,

tráelas contigo para no extraviarte.



Pues el tiempo es un abismo ante nosotros

ciegos sobrevivientes de lo insignificante,

hemos olvidado la voz de los muertos:

cuando niños nos cantaban a través de un cálido viento,

la experiencia revelaba esa inmaculada perfección de los sauces,

nos mostraba un camino, esa interminable travesía 

donde las abuelas moraban aguardando peregrinos.



Asciendes,

baila esta niebla

con tu niño muerto.

Pues el camino es un reguero de cadáveres inútiles,

de mudas máquinas,

de reyes anodinos

     señoreando una nada...