miércoles, 30 de julio de 2025

Los senderos por venir

a Pablo,
por regresar

Caminaré, 
perturbaré al menos por un instante 
a este siniestro remanso de calamidades. 
Caminaré, 
sordo y ciego ante el ruinoso ruido 
de las ruinas que empiecen a caer 
en su propio abismo. 
Caminaré, 
caminaré con el retumbo de Hawthorne,
de Walker,
de Cormac
en el alma, 
vacío el corazón, 
a la espera de esas amarillas constelaciones 
que danzan con el cálido vientecito de diciembre. 
Caminaré, 
dejaré atrás la vigilia vana,
las tierras ajenas,
para sumirme en la estrepitosa cancelación 
de una anticipada y absurda muerte. 
Caminaré quizás sin cómplices, 
sin canciones anodinas, 
sin el fragor de las antiguas arengas, 
sin la esperanza de recobrar 
el evadido e ilusorio fuego. 
Réprobo de toda reprobación, 
desbarataré con un silencioso y sostenido paso 
las primeras pertenencias. 
Caminaré, 
pagaré uno a uno mis genuinos pecados, 
inserto de lleno en la inconmensurable estridencia 
de un tiempo ajeno al Tiempo. 
Caminaré, caminaré...