domingo, 20 de noviembre de 2016

Personal Shopper, de Olivier Assayas, en el marco del 31º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata



En la última entrega del director de Irma Vep y Clean, Kristen Stewart da pruebas cabales de bancarse un grado de exposición actoral admirable, interpretando a una médium que debe lidiar por un lado con un mundo materialista, ligado a la imagen, y por otro, con un orbe poblado por titubeantes fantasmas.     

Ayer, en la apertura del ciclo "Charlas con Maestros" de esta edición del Festival, Olivier Assayas se declaró un dialogador permanente con las distintas disciplinas artísticas. Su última entrega no es una excepción a este patrón. En este caso, la literatura, de la mano del espiritista Victor Hugo, y la pintura, de parte de Hilma af Klint, se incorporan de manera adyacente a la trama de Personal Shopper. Maureen (Kristen Stewart) es la asistente personal de una modelo de alta costura que lleva una vida laboral itinerante por los más exclusivos centros de moda. Instalada en París, lejos de su novio trabajando en un emirato, la vida de Maureen discurre entre su trabajo y el intento de contactar con Lewis, su fallecido hermano mellizo, muerto a causa de una malformación cardíaca que ella también padece. Sería inexacto clasificar a este segundo film en que Stewart trabaja con el director y crítico francés (lo hizo previamente protagonizando junto a Juliette Binoche Clouds of Sils Maria en 2014) como una historia netamente de terror o un thriller, ya que aquí la exploración de esa esfera de lo intuido, del más allá, o lo metafísico, como quiera llamársele, muestra a un personaje lidiando en simultáneo con lo externo, así como con sus propios fantasmas personales. Para Maureen, el construir un vínculo certero con esa realidad (externa o interna), acaso sea un escape de su monotonía cotidiana, ensombrecida por la figura dominante de su empleadora, tanto como una esperanza ante la idea de finitud inminente que le plantea su enfermedad; es ahí donde se manifiesta el verdadero horror del que quiere escapar la protagonista. Stewart vuelve a dar muestras sobradas de bancarse ese grado de exposición física al que Assayas la expone en Clouds...: declaró el director de Irma Vep (1996), Clean (2004) y uno de los cortos de la hermosa Paris, je t'aime (2006), haber visto sus trabajos como actiz secundaria en Into the Wild, de Sean Penn y en On the Road, del realizador brasileño Walter Salles, y advertido ese plus actoral que quizás, dentro de los milimétricos cánones del cine industrial, encontraría mucho más obstáculos para soltarse y dar todo lo que puede verse en la historia de esta "compradora personal" lidiando con ese "más allá de lo esperable". La casi ausencia de música (si bien no niega el valor incuestionable de la música en el cine, el director se encuentra en una guerra declarada a lo que considera una invasión del indie rock y el folk alternativo "cool") y la perceptible improvisación sobre la marcha del rodaje, dan cuenta de hasta qué punto Assayas continúa siendo fiel a la Nouvelle vague, movimiento que según su opinión, sigue influenciando fuertemente a algunos cineastas de nuestro tiempo. Personal Shopper le valió a su realizador y guionista la "Palma de Oro" a mejor dirección en el pasado Festival de Cannes