viernes, 12 de agosto de 2011

Sur

   Por delante se yergue una invitación a la sagrada aventura. Caminas desde la periferia hacia el centro de todo y de ti mismo. Jamás la más inquisitiva y consagrada pluma podrá vencerte voz del desierto. Fuego, iluminación, acción irreverente de aproximarse a la intimidad de los dioses. Es tan vasta la experiencia cuando en la inmediatez los neutros amarillos conmocionan a una sensibilidad dormida en el pasado, nada puede con mi Tiempo ajeno al tiempo, lo involuntario estremece a lo insignificante, lo sepulta en los dominios de un olvido que de casi tan total, acaba por olvidarse. Una serpiente color de mosca comiéndose a sí misma por la cola hasta desaparecer, sólo su olor casi imperceptible persigue al caminante. He olvidado tantas calles, extraviado tanto silencio, he vuelto al río sin el embrujo de la infancia. No obstante tras las bardas que anuncian el hielo cuando el sol aún arrecia, sumergiré mis ojos, mi escucha, mi volátil transgresión acudirá en busca del clamoroso viento, ..., retorno, final del camino, morir olvidándose, respirar la tenue y agreste prestidigitación del más genuino presente...